Celebramos otro año más este 17 de mayo, desde 1969, el Día Mundial de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información, cuyo objetivo es sensibilizar a la población sobre las posibilidades que ofrece el uso de Internet y otras tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) y su contribución a la sociedad y al crecimiento económico, así como recordar que nos queda un largo camino por delante para reducir la brecha digital.

En este día se conmemora la creación de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, el principal organismo internacional de estandarización del sector, así como la firma del primer convenio telegráfico internacional de gran alcance, el día 17 de mayo de 1865.

Realmente, hasta el año 2006, este día estaba enfocado exclusivamente a las Telecomunicaciones, y fue en la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información de ese año donde se solicitó a la Asamblea General de las Naciones Unidas que declarase el 17 de mayo también como Día Mundial de la Sociedad de la Información.

Lo que está claro es que las comunicaciones y las tecnologías de la información caminan estrechamente de la mano. Las telecomunicaciones permiten el intercambio de información a distancia, una información que es obtenida, almacenada y procesada mediante las tecnologías de la información.

Las tecnologías de la información y de las comunicaciones han provocado la consolidación de una nueva cultura digital a nivel mundial caracterizada por:La presencia de un cambio constante en un entorno volátil, incierto, complejo y ambiguo. Un comportamiento social global con interacciones masivas y en tiempo real. El fomento de la colaboración y de la inteligencia colectiva en entornos de innovación abierta, pero a la vez, por la reafirmación del individuo con el establecimiento de una marca personal. Y, sobre todo, por las expectativas de gratuidad de los servicios y el fin de la fidelidad de los clientes. La digitalización de la sociedad es imparable: las transacciones económicas, las relaciones sociales, los gemelos digitales… Esto supone una auténtica revolución industrial que es conocida con diversos nombres según el sector de actividad: Industria 4.0, Ciudades Inteligentes, Administración Electrónica y Transformación Digital.

Esta cultura digital está dando lugar a una transformación de las organizaciones, cuya arquitectura empresarial evoluciona, tanto a partir de la demanda de reinvención digital, que es fruto del cambio de las expectativas del cliente y de la disponibilidad de una interconectividad generalizada, como de los nuevos resultados que posibilitan las tecnologías digitales.

Según un informe de la Asociación de Operadoras de Telecomunicación Europeas, ETNO, existe una amenaza importante para que se ralentice este proceso. Las grandes empresas tecnológicas no están contribuyendo de forma justa al despliegue de las redes de telecomunicaciones sobre las que prestan sus servicios, y esto debilita a Europa para que pueda alcanzar los ambiciosos objetivos de conectividad establecidos.

Se estima que con una adecuada gestión de esta relación se alcanzaría un crecimiento del PIB de 72.000 millones de euros, se crearían más de 840.000 nuevos puestos de trabajo y se reduciría de forma importante la huella de carbono.

Animamos a nuestros representantes políticos a defender un justo equilibrio entre los intereses de las operadoras de telecomunicación y de las empresas tecnológicas OTT (Over the Top) para seguir progresando en la misma línea, al menos, otros 53 años más.