La inversión en investigación y desarrollo como eslabón clave de la generación de valor a largo plazo de las compañías de base tecnológica

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La inversión en investigación y desarrollo como eslabón clave de la generación de valor a largo plazo de las compañías de base tecnológica

La inversión en investigación y desarrollo como eslabón clave de la generación de valor a largo plazo de las compañías de base tecnológica

José Luis Aranda

Director de I+D+i

Las inversiones en investigación y desarrollo son importantes para las empresas, y más si cabe, para aquellas de base tecnológica.

La sociedad es cada vez más exigente, inteligente y comprometida con la sostenibilidad y el medio ambiente y, como consecuencia, demanda a las empresas productos y servicios que, para integrar esas premisas, deben ser necesariamente innovadores.

Lo anterior aplica a todos los sectores, donde los avances son cada vez más rápidos, y a todas las empresas, basen su actividad en margen, volumen o un mix de ambos.

La cantidad a invertir en I+D+i debe ser aún mayor en aquellas empresas que quieran basar su crecimiento en el margen, ya que deben presentar a dicha sociedad ultra exigente productos diferenciados, con alto valor añadido, comprometidos con el medio ambiente y en un tiempo récord. Dichas inversiones permiten a las empresas ser flexibles y capaces de evolucionar continuamente sus productos y servicios adaptándose a los frecuentes cambios de demanda.

Pero, ¿cuánto invertir? Se presupone que la inversión debe ser alta en aquellas empresas cimentadas sobre la investigación y desarrollo, y en las cuales se podría estimar y cuantificar el retorno de la inversión de cada producto desarrollado, como por ejemplo, un fármaco fruto de los descubrimientos en los laboratorios de una farmacéutica. Este ejercicio no es tan fácil en otras muchas empresas, que, aunque se definan como tecnológicas por sus áreas de actividad, muchos de sus productos no son fruto de sus investigaciones internas, sino de sus suministradores. En estas empresas no cimentadas sobre la investigación interna, debe ser, por tanto, teniendo en cuenta la parte cualitativa, difícil de estimar en números, donde el posicionamiento y la imagen de marca que puede generar un proyecto piloto de I+D+i puede ser clave para contribuir al crecimiento en margen, desarrollar un nuevo servicio o producto o, incluso sumar una nueva área de negocio diversificando la empresa, haciéndola más resiliente al cambio continuo y mejorando sus posibilidades de supervivencia en un mercado cada
vez más competitivo.

Estimar el valor cualitativo y la parte cuantitativa a capitalizar a futuro por los negocios comerciales como consecuencia de la inversión en I+D es muy complejo e incierto, ya que el éxito no está asegurado, y el retorno es a largo plazo. Todo esto hace que en muchas ocasiones las empresas sean demasiado conservadoras o reticentes a invertir en I+D+i.

Y, ¿en qué invertir? Dependiendo de si los cimientos de una empresa son o no la I+D, se debe invertir en mayor o menor medida en materiales, pero lo que no cabe duda es que, en ambas tipologías de empresas de base tecnológica, la inversión clave es en las personas con el talento para generar y transferir conocimiento en la organización. Dicho conocimiento se adquiere a través de los complejos proyectos de I+D+i, los cuales sólo son capaces de liderar aquellos profesionales con un alto nivel de cualificación.

Es una evidencia que existe una relación estrecha entre la proyección de las empresas y el incremento en su inversión en I+D, y, si bien, años atrás la inversión en innovación y desarrollo era algo extraordinario con lo que se pretendía mejorar y reforzarse en el mercado, hoy es algo fundamental para seguir siendo competitivos. Aquellas organizaciones que consiguen mantener el ritmo de crecimiento de manera constante son las que se adaptan al cambio, las que prevén el futuro y están preparadas para cada nuevo reto que se le plantea. Son organizaciones que no improvisan porque en el presente lanzan las ideas que germinaron años atrás en sus investigaciones.

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