Compliance: ganar para ganar

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Compliance: ganar para ganar

Rafael López Almenara

Director del Área de Compliance de Magtel

En una sociedad en la que miramos con lupa los pensamientos, opiniones y acciones de las personas que nos rodean a la hora de entablar relaciones, esta actitud de continua observancia no ha dejado indiferente al paradigma empresarial.

Y es que el afán personificador de las organizaciones, ha dejado muy atrás la idea de que la persona jurídica es una ficción, haciendo sin embargo que la persona jurídica sea más persona que nunca. Y como persona que es, a la hora de entablar relaciones con otras, como cliente, proveedor, empleado o accionista y al igual que ocurre en nuestras relaciones como personas físicas, buscamos que la compañía tenga unos principios, valores y moral propia.

Una ética con la que nos sintamos identificados y conforme a la que sepamos que actúa, o lo que es lo mismo que tenga implantado un sistema de Compliance, que recoja no solo el ADN de la empresa en lo que a valores y principios respecta, sino también sistemas de gestión, políticas y procedimientos que controlen que la empresa actúa en la línea de todo aquello que abandera, es decir, en línea con todos los valores que nacen en el Consejo y son promovidos por el mismo.

¿Es entonces un beneficio solo para aquellos que quieran entablar una relación con la empresa? De ninguna manera, de hecho, me gusta hablar de la implantación del Compliance como una estrategia “win to win to win” (ganar para ganar para ganar). Lejos de que esta denominación pueda parecer un error por su similitud con el “win to win” (ganar para ganar) propio de las negociaciones, con el Compliance no ganan solo dos, ganan tres.

Gana la compañía, que gracias a su sistema de Compliance: minimiza riesgos internos; obtiene información más precisa en su control a los departamentos; toma decisiones más acertadas; mejora su reputación e imagen, aumentando así el valor de la compañía; logra ventaja competitiva en su sector y se hace más sostenible en el largo plazo.

Ganan quienes se relacionan con la empresa que tiene Compliance (grupos de interés). Éstos actúan con la tranquilidad de estar colaborando con una organización que se mueve en un escenario de cumplimiento y de buen gobierno corporativo. Se controlan y minimizan así, los riesgos inherentes a la colaboración y se asientan relaciones más duraderas y seguras.

Y finalmente, gana el mercado, como espectador de las actuaciones de empresas cada vez más comprometidas, éticas y transparentes, que devuelven a las personas la confianza en las organizaciones y disminuyen la incertidumbre en las transacciones comerciales.

Es preciso por tanto que dejemos de ver el Compliance como una obligación legal o un chaleco antibalas que se pone la persona jurídica ante la comisión de un delito en su seno, para darle el sitio que merece y entenderlo como la personalidad y el carácter que definen a las personas jurídicas y que van a determinar el entorno que las rodea. Solo así seremos verdaderos conocedores e incluso partícipes de las bondades del Compliance.

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