La responsabilidad social corporativa es hoy una auténtica estrategia de transformación. En una sociedad en la que las transiciones energética, tecnológica y social avanzan a gran velocidad, las empresas y sus fundaciones están llamadas a desempeñar un papel protagonista. Ya no basta con generar valor económico; es necesario generar también valor social, actuar con coherencia y contribuir a un desarrollo más justo, sostenible y compartido.
Desde la Fundación Magtel asumimos ese compromiso para contribuir al progreso social y tecnológico de las personas, impulsando la igualdad de oportunidades, la empleabilidad y la innovación como herramientas de inclusión. Nuestra misión se apoya en la convicción de que el desarrollo solo tiene sentido si llega a todos y si promueve un crecimiento respetuoso con el entorno.
La responsabilidad social, entendida en su sentido más amplio, debe anticiparse a los retos y ofrecer respuestas reales. En nuestro modelo, los pilares de actuación —innovación social y tecnológica, empleabilidad, cooperación internacional y acción social— están interconectados y responden a un mismo propósito: transformar la realidad de las personas.
En el ámbito de la innovación social y tecnológica, nuestra prioridad es utilizar el conocimiento y la digitalización como medios para mejorar la vida de las personas. La tecnología no es un fin, sino una herramienta que debe servir a la igualdad y a la inclusión. La Fundación trabaja para que la innovación tenga siempre un componente humano y ético, capaz de eliminar barreras y acercar oportunidades. La digitalización responsable y la accesibilidad tecnológica son, hoy, condiciones indispensables para una sociedad más equitativa.
La formación para la empleabilidad constituye otro de los grandes ejes de nuestra actuación. La transición hacia una economía verde y digital exige nuevos perfiles, nuevas competencias y un aprendizaje continuo. Formar para el empleo significa ofrecer herramientas que permitan a las personas adaptarse a un mercado en evolución, pero también significa fortalecer su autoestima, su capacidad de autonomía y su papel activo en la transformación económica y social. La empleabilidad genera esperanza y futuro.
La inclusión digital representa igualmente una prioridad. Garantizar el acceso al conocimiento y a los medios tecnológicos es un requisito indispensable para evitar nuevas desigualdades. Desde la Fundación Magtel concebimos la alfabetización digital como una forma de justicia social: una vía para integrar, conectar y fortalecer comunidades. En un mundo en el que la tecnología define la participación, nadie debe quedarse atrás.
Nuestra proyección internacional amplía esta visión, consolidando la cooperación como herramienta de desarrollo sostenible. Apostamos por proyectos que integran sostenibilidad ambiental, equidad de género y fortalecimiento comunitario. La cooperación es un ejercicio de responsabilidad compartida, porque allí donde hay talento y voluntad, hay futuro.
A todo ello se suma un principio fundamental: el impacto social solo es real cuando se mide, se evalúa y se comparte. Por eso, la Fundación Magtel refuerza su trabajo en red con instituciones, entidades y empresas para ampliar el alcance de sus acciones. Las alianzas estratégicas son la base de una RSC moderna y eficaz. La colaboración público-privada y la cooperación institucional nos permiten avanzar con rigor y transparencia, multiplicando los resultados y asegurando la sostenibilidad de los proyectos.
En este contexto, la convocatoria de la VI edición de los Premios Fundación Magtel simboliza la continuidad de ese compromiso. Estos galardones reconocen cada año a personas, entidades y proyectos que encarnan los valores que inspiran nuestra labor: la innovación, la inclusión, la solidaridad y la cooperación. A través de ellos, la Fundación quiere destacar que el cambio positivo solo es posible cuando la creatividad se pone al servicio del bien común. Los premios son, en sí mismos, una expresión de gratitud y de esperanza: una forma de visibilizar que detrás de cada avance hay siempre personas comprometidas.
El futuro de la responsabilidad social corporativa pasa por integrar la innovación, la sostenibilidad y la cooperación en la esencia de la gestión empresarial. Significa asumir que el progreso tecnológico debe ir de la mano del progreso humano y que solo así construiremos un modelo de desarrollo verdaderamente inclusivo.