Magtel lleva trabajando más de tres años para combatir la sequía en Andalucía, desarrollando diferentes proyectos de desalación renovable por todo el litoral andaluz.
Uno de ellos, en la comarca de La Axarquía, que registra la peor situación de sequía del litoral andaluz, con el embalse de La Viñuela en mínimos históricos, cercano al 10% de su capacidad, y donde la situación es crítica. Así, para el sector del cultivo subtropical de esta zona de Málaga, la producción se ha visto reducida en un 65% en 2022, y se estima que durante 2023 aún lo hará más, en un 80%.
En concreto Magtel ha proyectado una planta desaladora de 40 hm3 junto a la EDAR de Vélez-Málaga con el objetivo de hacer frente al déficit hídrico que está sufriendo la zona de la Axarquía malagueña. Los regantes de esta zona están siendo los más afectados, por lo que se plantea esta planta como recurso alternativo que permita paliar los efectos de la sequía.
La compañía lleva trabajando en este proyecto desde 2020, habiéndose realizado los estudios y trabajos de campo necesarios que confirman su viabilidad urbanística, ambiental y técnico-económica, contando además con el apoyo de las comunidades de regantes de la zona, productores de referencia y del Ayuntamiento de Vélez-Málaga.
Magtel, en concreto, apuesta por la ósmosis inversa, una tecnología madura y bien conocida con importantes referencias en todo el mundo.
Según sus previsiones, este proyecto, con el debido y necesario impulso de la Administración, podría estar produciendo agua en 2026 y se sumará a otras medidas necesarias ya en marcha, como la mejora de los tratamientos terciarios para la regeneración, la mejora de la interconexión de redes existentes y la conexión con los pozos del río Chillar, todo encaminado a garantizar el abastecimiento urbano y el riego agrícola del que viven tantas familias en la comarca de la Axarquía.
La propuesta de desaladora de Magtel ha sido diseñada con la flexibilidad necesaria para adecuar la producción a la necesidad real de cada ciclo, así como a su encaje con el Plan Hidrológico, pudiendo producir en escalones de 10, 20, 30 o 40 hm3/año. Esta planta garantizaría el abastecimiento urbano de la zona con hasta 10 hm3/año y el resto, hasta los 40 hm3 para riego. El proyecto contempla la posibilidad de una ampliación futura a 60 hm3/año, así como la solución para la incorporación del recurso desalado a los sistemas de riego y abastecimiento.
El sector agroalimentario y el turismo representan para Andalucía más del 20 % del PIB y más del 25% del empleo. Ambos sectores, además de ser dos de los pilares de la economía andaluza, son fundamentales para la recuperación y el futuro de España.
El sector agroalimentario tiene una importancia estratégica para la región, no solo desde el punto de vista económico, sino también por su importancia social y ambiental, como elemento vertebrador del territorio andaluz. Además, la agricultura andaluza aporta aproximadamente el 60% del saldo comercial alimentario español.
El sector agrario andaluz y el turismo, por la situación geográfica de Andalucía y sus características socioeconómicas, tienen una fuerte dependencia de las condiciones climáticas, por lo que la convierten en actividades vulnerable a los impactos del cambio climático.
Algunos de los beneficios de la desalación renovable de agua de mar son la generación de recursos adicionales de agua para cubrir el déficit hídrico en la diferentes regiones azotadas por los crecientes episodios de sequía; el abastecimiento de agua de calidad 24 horas y 365 días del año, capaz de atender la demanda actual y futura tanto para riego, como para consumo humano e industrial y con independencia del año hidrológico; y la reducción de la necesidad de aportaciones de agua desde otras cuencas (trasvases).
Además, entre otras cuestiones, de la consolidación a largo plazo de la economía local ya sea basada en el sector agrícola y en el turismo, ya sea basada en el sector industrial, al poder garantizar el recurso a un precio conocido permitiendo afianzar las inversiones a medio y largo plazo; así como que se trata de un proyecto enmarcado dentro de la transición energética hacia un modelo descarbonizado, en línea con los objetivos de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, el aumento de la cuota de energías renovables y la mejora de la eficiencia energética.