– ¿Qué importancia tiene este ámbito para una empresa como Magtel?
La tecnología y la innovación son nuestra razón de ser y los elementos que nos permiten de forma sostenible desarrollar nuestra actividad y anticiparnos a los cambios, asegurando el aporte de las mejores soluciones a nuestros clientes.
– ¿Cómo fueron los inicios y cómo ha sido la evolución?
Desde la fundación de la compañía, hace 30 años, la innovación ha sido uno de los principales pilares de nuestro crecimiento. Hemos avanzado en la cadena de valor de los distintos sectores donde emprendimos nuestra actividad, aplicando nuevas tecnologías y procesos para diferenciarnos y posicionarnos mediante nuestro aporte tecnológico.
Fue en 2008 cuando la División I+D+i se formó como unidad diferenciada agrupando los esfuerzos y actividad en innovación y atendiendo desde las necesidades tecnológicas del grupo en su conjunto.
Progresivamente, hemos avanzando en la aplicación, el desarrollo y validación de tecnología propia buscando la excelencia en los servicios prestados.
– ¿Qué proyectos destacarías de todos los que lleváis a cabo?
Estamos embarcados en varios proyectos internacionales donde colaboramos con empresas, universidades y centros tecnológicos en más de 15 países. Destacan importantes desarrollos como el proyecto H2020 “In Power”, donde implementamos y validamos varios desarrollos tecnológicos para la optimización técnica y económica en generación fotovoltaica y termosolar.
– ¿Qué hito de los conseguidos resaltarías y cuál te gustaría lograr?
Resaltaría la creación de las instalaciones científicas de la compañía, donde hemos reunido los pilotajes de las tecnologías desarrolladas y que ha repercutido enormemente en la sinergia entre las mismas y en una mejor y más rápida absorción de conocimiento y transferencia hacia la actividad de Magtel.
Dentro de estas instalaciones llevamos a cabo importantes desarrollos en el ámbito de la generación de energía renovable, almacenamiento y su gestión.
En la actualidad, queremos completar las instalaciones existentes con determinados complementos que nos permitirán acercarnos a un modelo energético autosuficiente y económicamente viable.
– ¿Hacia dónde vamos en este campo? ¿Qué va a implicar en la sociedad del futuro?
En el ámbito energético contamos con un amplio bagaje tanto en I+D+i como en la actividad de la compañía. Hoy día, afortunadamente, forma parte de la conciencia general la clara necesidad social de un cambio en nuestro modelo económico y su relación con nuestro entorno natural. En estos últimos años las políticas y el comportamiento de cada individuo giran en este sentido.
Nuestra visión es poner a disposición las herramientas para el cambio y permitir un modelo energético sostenible. Hablamos de generación renovable y su gestionabilidad, así como de un uso inteligente y eficiente de la misma, que incluye distribución, transporte y orientación al consumidor, haciéndolo partícipe del cambio. Por otro lado, las TIC continúan cambiando nuestro modo de comunicarnos, relacionarnos y consumir. La digitalización de servicios es una realidad pero aún quedan nichos sectoriales donde debe hacerse esta transición. Aquí jugaremos un papel fundamental, tanto en la creación y adaptación de las infraestructuras de conectividad como en la transformación de los servicios.
Por último, no podemos olvidarnos del agua y el suelo, que son otro de los importantes retos a los que nos enfrentamos como sociedad en cuanto a su obtención, uso y preservación.
– ¿Cuál es el peso de este ámbito en la economía andaluza y española?
La energía tiene un importante peso dentro de la contribución al PIB del sector industrial y este proceso de transformación introduce nuevas capas de servicio que tienen un efecto multiplicador.
En Andalucía se dan las condiciones óptimas para que sea aquí donde se movilicen buena parte de las inversiones, por lo que el potencial impacto esperado es más positivo aún.